En las últimas semanas, se ha escuchado hablar cada vez más acerca de la necesidad de “aplanar la curva” de contagios con respecto al nuevo coronavirus. Pero ¿qué quiere decir esto?
¿Qué es la curva?
Cada vez son más los gobiernos que deciden implementar medidas estrictas para poder controlar la propagación de la enfermedad COVID-19, causada por el nuevo coronavirus. Esta ha sido declarada pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el mes de marzo. Esta declaración significa que es una enfermedad que se expande a nivel mundial.
Según la OMS, las epidemias suelen tener las siguientes cuatro fases:
- Aparición de los primeros casos
- Transmisión local
- Propagación hasta el pico máximo de contagios
- Reducción de casos confirmados
¿Para qué sirve la curva?
Para entender esta dinámica, se llevan a cabo gráficos en los que se dibuja la curva de contagios con el paso del tiempo, mostrando la cantidad de casos confirmados esperables en un período de tiempo. Es este instrumento el que sirve para reflejar la velocidad en que se confirman los nuevos casos y se desarrolla el contagio. Este instrumento es puesto en práctica, posteriormente, por los Gobiernos nacionales para tomar medidas en consecuencia que atiendan las necesidades de la emergencia sanitaria.
Por la facilidad de contagio que caracteriza al coronavirus, los especialistas hace tiempo han asegurado que ya no se trata de evitar que las personas se contagien, sino de frenar y reducir el ritmo de contagio y propagación. En este sentido, no se apunta a que no haya contagiados, sino más bien a que el ritmo de contagios sea lo más lento posible, a fin de que la cantidad de personas infectadas no superen la capacidad del sistema de salud de cada país.
Una forma de comprender esto, es mirando el caso de Italia. En Italia, las medidas restrictivas y de aislamiento social se han tomado cuando el país ya contaba con una gran cantidad de contagiados. Esto ha llevado a que el crecimiento de contagios sea muy alto en poco tiempo. De esa manera, la cantidad de enfermos supera la capacidad de atención del sistema de salud de ese país. Posteriormente, ello llevó a que se deba elegir quién vive y quién no.
El intento de las naciones por aplanar la curva
Aplanar la curva significa lograr que los contagios sean lentos. Es decir, que no se contagien muchas personas al mismo tiempo. Si los contagios son lentos y se dan a lo largo del tiempo, es posible controlarlo y los médicos pueden atender a todas las personas enfermas.
Aplanando la curva
Para evitar que esto suceda, los países apuntan ahora a aplanar la curva. Para lograrlo, los especialistas en epidemiología han explicado que se deben tomar medidas preventivas que frenen el ritmo de contagios, como es el aislamiento de personas infectadas o potenciales a serlo, la suspensión de eventos públicos que generen aglomeración de personas, suspensión de actividades escolares y de educación en todos los niveles, distanciamiento social entre otras medidas indispensables.
Para poder protegerse y reducir el riesgo de contagio, la población de Guatemala debe tener conocimiento de las . Las principales formas de protegerse son el lavado de manos con agua y jabón, la distancia física en espacios como mercados o filas bancarias, la implementación del home office en caso de poder hacerse, entre otras.